En un mundo tan dinámico cómo en el
que vivimos actualmente, hemos llegado a asumir incluso las fiestas navideñas
como otra razón de estrés por las cargas de trabajo, la cantidad de compromisos
que debemos asistir, todo lo que debemos dejar preparado antes de las
celebraciones o antes de que termine el año…. Y el reencuentro con nuestros familiares
y amigos.
Aunque cada persona asume la navidad
de manera muy diferente, dependiendo de su cultura, país de residencia,
situación familiar y muchos otros aspectos, lo cierto es que en general son
momentos de reencuentro familiar, de pasar mucho más tiempo que el habitual con
personas allegadas. ¿Cómo te hace sentir esos reencuentros?
Quizás puedas sentirte aprehensivo
porque tienes cosas sin resolver con algunas de las personas con las cuales
debes compartir. O quizás ya estás un poco preocupado por la cantidad de
actividades, encuentros, la casa llena, o los viajes hacia otras ciudades, lo
cierto es que la temporada navideña puede aumentar su ansiedad sin
proponértelo.
Sin embargo, puedes decidir romper
con esos sentimientos de perturbación y prepararte con serenidad y alegría,
intentando desde ya conectarte con el rol familiar que vas a asumir, y tomando
desde ya decisiones emocionales sobre cada una de las personas con las cuales
puedes tener algún asunto pendiente. Es el momento de la reconciliación, del perdón
y el pasar la página. ¿Es fácil? No. ¿Es imposible? Tampoco.
El
primer camino para poder pasar la página y perdonar es el acto consciente y
voluntario de querer perdonar y dejar atrás toda la situación de confusión o
dolor que interrumpe la relación familiar. Este acto voluntario propicia que nuestros
sentimientos comiencen a buscar un cauce diferente al de la rabia, rencor o
dolor, que priva en las rupturas emocionales.
Incluso
si no hay problemas familiares, estos cambios propios de la estación también
requieren de preparación, de manera que tómate estas semanas para la
introspección, para tomar decisiones emocionales, conéctate con tu sentimiento
y libérate de las cadenas que suponen los conflictos con gente que permanecerá
mucho tiempo en tu vida.
Y
comienza diciembre con decisiones emocionales que te hagan crecer y permitan
disfrutar de un proceso de introspección y paz espiritual.
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