ActionCOACH Lic
María Inés Morán
Uno de
los retos que enfrenta el emprendedor es poder conformar un equipo que brinde
solidez y estructura al negocio y que permita alcanzar, de la manera más
eficiente, los objetivos trazados.
¿A quién
escojo, al empleado profesional( Aptitud) o al más dispuesto (Actitud)? Un buen equipo sería aquel compuesto
por personas bien formadas y con excelente actitud hacia el negocio. Mucha
gente piensa que sólo la experticia o el conocimiento en el área son garantía para conformar un equipo
eficiente pero, en realidad, sin la correcta actitud, alcanzar las metas fijadas se hace más difícil. Es la actitud la
que hace que la armonía, los deseos de logro y las ideas fluyan en el trabajo
conjunto.
Lo ideal
para las empresas es que los empleados reúnan las dos características, pero si debemos
escoger, me inclinaría por una persona con una buena actitud, que responda ante
los valores de la organización, que esté abierto al cambio, que aprenda de sus
errores, que se disculpe ante las equivocaciones que cometa, que esté dispuesto
a rediseñar o a cambiar lo necesario en su forma de trabajar para obtener el
resultado previsto. Para la empresa, este empleado es más enriquecedor que
alguien con niveles académicos impresionantes, que domine varios idiomas pero
que sea de trato complicado y difícil, con poca humildad como para aceptar sus
errores y engranarse en los objetivos de la empresa.
Cuando Roberto buscó periodistas que lo ayudaran en su revista de publicidad y mercadeo, al abrir
las postulaciones se presentaron varios prospectos, pero hubo dos que llamaron
su atención y ocuparon las vacantes: Joaquín, joven entusiasta recién graduado
y con mucha pasión por el trabajo, y Francisco, perfectamente bilingüe, que
trabajó durante años en revistas de diferentes tópicos y conocía muy bien los
tiempos y la redacción de una publicación mensual.
Al pasar
el primer año, Francisco era muy hábil a la hora de hacer sus reportajes, pero
ponía bronca cada vez que se le encomendaba una tarea que no era de su agrado o
se le pedía que reformara su historia para adaptarse al espacio disponible. Joaquín
en cambio no le importaba rehacer sus historias, sabía que aún tenía mucho por
aprender en el oficio y tenía ansias de hacerlo. ¿Quién resultó mejor para la
organización?, pues fue el joven Joaquín quien se convirtió en el jefe de
redacción e hizo carrera, mientras que Francisco eventualmente se retiró por
considerarse sobre calificado para su oficio y negarse a aprender nuevos
sistemas de trabajo.
Roberto,
al igual que muchos dueños de negocios,
a veces mantienen a personas que resultan conflictivas para el equipo, pensando
que sería muy difícil reemplazarlos por alguien con iguales calificaciones, lo
cual es un error que provoca verdaderos problemas en la organización porque, más
pronto que tarde, se convierten en fardos muy pesados que no dejan avanzar el
negocio al ritmo que se quiere.
Una vez consigues
las personas adecuadas, debes tomar en cuenta las seis claves que recomienda Brad
Sugars en su libro “El Coach de Negocio” para que tu equipo sea ganador.
1. Liderazgo: Las características de un
gran líder son la pasión con la que
lleva a cabo todo lo que hace, y la responsabilidad con la que asume el proceso
y los resultados de sus decisiones frente al equipo. Estar cerca de una persona
motivante es una “enfermedad” altamente contagiosa.
2. Metas Comunes: Cada miembro de tu equipo debe conocer y compartir los
objetivos propuestos, y que estén alineados con sus propósitos individuales,
para que se esfuercen al máximo a lograr lo que se persigue.
3. Reglas Claras: hay que estandarizar
todos los procesos, establecer normas, explicarlas y dejarlas muy claras, con
manuales de procedimientos, folletos de cultura empresarial y técnicas de
trabajo, así como el entrenamiento que permita a cada miembro de tu negocio
saber qué puede hacer y qué debe evitar.
4. Plan: Ahora los vehículos modernos
vienen con un GPS que permite saber exactamente la ruta que debes seguir para
trasladarte de un sitio a otro. Pues tu empresa requiere ese Plan de Ruta,
donde cada uno de sus miembros conocerá quien hará cual tarea, en qué momento y
la estrategia a seguir y en cuanto tiempo.
5. Tomar Riesgos: ¡Quien no arriesga no
gana!, un equipo motivado debe estar dispuesto a asumirlos, pues obliga a salirse
de la zona de confort al crear un poco de incertidumbre en aras de conseguir
los objetivos.
6. 100% involucramiento: Se trata de que cada uno
de los miembros del equipo se sientan involucrados completamente con la tarea,
que se aprecien parte del equipo e interactúen correctamente, donde cumplan
cabalmente su rol.
¿Quieres
tener el mejor equipo? Pues sigue estos seis puntos del éxito, conjúgalos con
la fuerza de tu liderazgo, de empleados que rebosen excelente actitud, aptitud,
y tu negocio crecerá aceleradamente. ¡Pruébalo!.
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