sábado, 28 de marzo de 2015

Fulmina al mosquito de la preocupación



ActionCOACH Lic. María Inés Morán
Suele suceder que asuntos relativos a nuestro trabajo, la familia o la salud, nos causen algún tipo de preocupación. Es un desasosiego que te lleva a pensar que las cosas sucedan como no lo deseas. ¿Te sucede con frecuencia?, debes tomar cartas en el asunto para minimizar aquello que te causa preocupación y te paraliza.
Este sentimiento de turbación, está íntimamente relacionado con la capacidad para controlar los eventos que te preocupan. Mientras menos puedas influenciarlos, mayor podría ser tu preocupación.
El escritor Wayne Dyer en "Tus Zonas Erróneas", nos ofrece algunas claves para entender por qué preocuparse también ocasiona  dividendos emocionales que es necesario identificar:

  • Ganas atención y compasión externa que implica un grupo de gente a tu alrededor actuando de manera benévola hacia ti. 
  • Contribuye a justificar comportamientos perjudiciales pero que otorgan placer inmediato: Al estar preocupado, te permites comer en exceso, fumar, beber o quedarte acostado en cama.
  •  Favorece que pospongas la toma de decisiones, es decir, te pone en un estado de procrastrinación porque la preocupación es paralizante.

Pero aunque es una emoción muy humana,  las personas que toman el control de su vida asumen inmediatamente una actitud de acción y ocupación, en cuanto surge alguna preocupación. En dos palabras: ante la preocupación hay que planear, controlar, decidir y aceptar que no puedes controlar todos los acontecimientos de tu vida, aunque si minimizar sus impactos.
Tuve un cliente que era un gran emprendedor, bullía de ideas y mejoras contínuas para su Startup, pero había desarrollado el hábito de la preocupación: Durante el año tenía varios proyectos muy prometedores, pero justo antes de ponerse a trabajar, su ánimo se llenaba de angustia y comenzaba a quejarse ante mí que  debía trabajar muy arduamente, que podía cometer errores garrafales en el proceso de cristalizar sus ideas y eso consumía gran parte de su energía en cuerpo y alma, minaba su confianza, esa angustia era parecida a un mosquito que le chupaba la vitalidad.
Te pregunto, ¿crees que sus sentimientos apoyaban el disfrute de construir su negocio o alegrar su vida? La respuesta es no, y lo que hicimos fue ocuparnos de planear los pasos, anticipar que podría salir mal, hacer diagramas de flujo de los procedimientos necesarios, en conclusión, gestionamos los procesos que debe seguir en cada proyecto y eso disminuyó en gran manera la incertidumbre que alimenta la preocupación. Minimizar la incertidumbre es la mejor manera de ocuparte de alguna preocupación.
Todo aquello que pensamos, bueno o malo, define nuestra actitud, nuestras acciones y, al final, quienes somos. Haz de cuenta que hoy despertaste sin preocupaciones y con muchas energías para ocuparte, cada día, para lograr aquello que siempre has soñado, minimizando los obstáculos en tu camino.

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