ActionCOACH Lic María Inés Morán
A lo largo de la vida,
he conocido de cerca muchas mujeres quienes se prepararon
profesionalmente,fueron a la universidad, comenzaron a trabajar con
ahínco e incluso iniciaron su propio negocio. Como es natural, también
llegó la vida en pareja y, entre sus planes, levantar una
familia no se hizo esperar, pero ahora el panorama
cambia completamente. De todas las profesiones, la de madre es la única
en la cual no quieres, ni puedes, jubilarte.
La intensa alegría
de ser madre es proporcional al gran esfuerzo, y dedicación a tu
pequeño, principalmente en los primeros años de su existencia. Es por eso
que las mujeres nos encontramos en definitiva ante un dilema de vida.
Antes de continuar, me
gustaría que te preguntaras ¿Qué es lo que esperas lograr en la vida? Este
planteamiento lo he hecho a cientos de personas, de distintas edades y
circunstancias e, independientemente de su género, la respuesta del 90% de
ellas termina siendo la obvia, ser feliz.
Quiere decir que los
estudios que hagas, las empresas que construyas, los cargos que desempeñes o
tus decisiones sobre la maternidad, son instrumentos para alcanzar la plenitud,
lo que supone que no se debe sacrificar la propia felicidad por lograrlos.
El dilema de la vida de
madre versus la vida laboral, se puede convertir en un tema de momentos y
prioridades porque, afortunadamente, puedes planificar tu vida para poder
disfrutar plenamente de ambas situaciones, ya sea en distintos momentos
cronológicos o al mismo tiempo, pero con distintas intensidades.
Hay tiempo para todo.
No estoy para sustituir
tu decisión personal, sino para señalarte todas las opciones que tienes para
alcanzar y ser feliz en ambas metas. Debes tomar en cuenta que, a pesar de los
avances de la ciencia, la maternidad en la mujer se circunscribe a un espacio
muy limitado en toda tu vida útil, en cambio, la realización profesional, puede
lograrse en casi cualquier etapa de tu existencia. No son momentos
excluyentes pero, definitivamente, se superponen y la planificación que hagas
para tus próximos meses y años es la clave que te permitirá vivir a plenitud
cada etapa.
Si tomaste la decisión
de vivir tu maternidad y la crianza de tus hijos y buscas desempeñarte
como una ejecutiva o empleada, tu prioridad debe ser buscar un trabajo
que brinde apoyo a su personal femenino durante su etapa de maternidad, de manera que
puedas combinar, sin mayor estrés, ambas cosas, por encima de los ingresos que
pueda otorgarte otra empresa.
Pero si eres una
emprendedora, en plena construcción de tu Pyme o dueña de un comercio, ya
tienes una gran ventaja porque, desde un comienzo, puedes planificar tus
objetivos a corto, mediano y largo plazo para que tu negocio
funcione sin ti, y al lograrlo, puedas disfrutar tanto de tu maternidad
como de tu negocio.
Pero si decidiste
dedicarles el 100% de tu tiempo a tus hijos, ¡también es una excelente
decisión y un momento que debes disfrutar! Sabes que la mejor inversión del
mundo es hacer de ellos hombres y mujeres con valores, seguros, estables, y eso
se logra en el seno del hogar. No hay escuela que cumpla la misión de una
madre. Tu tiempo profesional regresará, no lo dudes.
Te dejo la reflexión del autor Hodding Carter: "Solamente dos
legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: Uno, raíces y el
otro, alas". Cualquier ruta de vida que elijas, debes dar el
paso con seguridad y ahínco. Cada etapa de tu vida asúmela plenamente, sin
añoranzas de tu trabajo o tus hijos, tu dualidad trabajadora -madre les dará
las necesarias raíces y alas que deseas para ellos".
Los roles de madre y profesional nos causan este dilema porque muchas veces nos exigimos ser la "supermama" y la "superejecutiva" en simultaneo, una mujer maravilla el 100% del tiempo y de la vida. Para mi ha sido un tema de reflexión y entendí que solo yo puedo elegir cuando dedicar mi tiempo y mi presencia a mis hijas o a mi profesión. La culpa desapareció cuando acepté que está bien dar mi tiempo a una de las 2 actividades y bajar la intensidad en la otra. Tomar el control de mi tiempo para no perderme jamás un acto del día de la madre, una reunión de padres o una cita de negocios fue la clave para eliminar el dilema. Evitar excusarnos en que no tenemos niñera o que nuestro jefe nos pide mucho es una negación de la propia felicidad porque si quieres ser una profesional necesitas tu red de apoyo. Y si quieres tener unos hijos exitosos también debes dedicarle tiempo de calidad. No es fácil pero si es posible tener familia y una carrera profesional, para mí ambas son necesarias para lograr la felicidad.
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