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jueves, 9 de abril de 2015

Las Fisuras en tus sistemas

ActionCOACH María Inés Morán

Qué satisfacción ofrece el momento en que te das cuenta que tu negocio comienza a crecer, a dar frutos, que has hecho todo lo posible porque sea sustentable, que  tienes a tu lado un equipo comprometido y financieramente te va bien, lo cual, finalmente, te está ofreciendo un margen de libertad y tiempo para ti y tu familia.
Si estás en ese punto, seguramente llevaste a cabo la labor de documentar   los procesos de tu empresa, desde tus  proveedores hasta la comercialización del producto o servicio que ofreces. Hiciste el esfuerzo de catalogar  lo que hace cada departamento y cada puesto de trabajo. Creaste manuales, sistemas, organigramas, diagramas de flujo. Desarrollaste estrategias de Marketing  y has medido todo lo necesario para conocer cada detalle de los diferentes departamentos, lo cual te permite incrementar tus ventas.
Ahora que todas las piezas finalmente están ocupando su puesto, es tiempo de subir el volumen y asegurarse de que el resultado de tu negocio sea mucho más grande que la inversión que has realizado. Pero recuerda que cuando comienzas a crecer demasiado rápido, aparecen  dificultades derivadas del proceso de estructuración y crecimiento.
Conocí a una joven pareja, el era Chef y ella maestra,  que decidieron abrir un restaurante con ese sabor de su país de origen, España. El caso es que, entre potajes y mariscos, ganaron algún reconocimiento por parte de los críticos culinarios, el aumento de comensales los animó a crecer en espacio físico y empleados, pero, de repente, se encontraron "atrapados",  resolviendo problemas diarios para poder mantener el buen servicio que los había llevado al éxito.
Acudieron a mi oficina muy preocupados, puesto que sentían que, con el crecimiento de la empresa, estaban muy lejos de conseguir que su restaurant fuese un negocio rentable, que pudiese  trabajar sin que ellos estuviesen  presentes. ¿Te suena familiar?
A pesar de las satisfacciones de ver tu negocio consolidarse, pareciera que has entrado en una etapa en la cual te encuentras trabajando  más arduamente que al inicio. Te consigues apagando "fuegos" que se presentan en distintos niveles de tu organigrama más a menudo de lo que te gustaría. Es lo que llamamos "fisuras en tus sistemas" que pueden causar verdaderos quebraderos de cabeza. No desmayes, es natural, te debes enfocar en buscar soluciones a los problemas manteniendo un ojo en el futuro de la empresa y otro en el presente.
Aquí, uno de los mayores desafíos, es no retroceder en tu gerencia a los momentos en que, además de dueño, eras un empleado más, a tiempo completo. Recuerda que tu meta es que tu empresa trabaje para ti y no tú para ella, así que tu principal obligación es ser el gran estratega y planificador.
Aunque comprometido y eficiente, lo cierto es que, más veces que las que deseas, tu equipo no está siguiendo los procedimientos diseñados o parecieran no dar el resultado esperado. Recuerda que nada es inmutable y que todos los procedimientos son perfectibles, por lo tanto, debes corregir los sistemas de acuerdo a las nuevas expectativas de tu empresa.
El entrenamiento de tu equipo es vital, estás incorporando personas nuevas  que  requieren tiempo y entrenamiento para adaptarse a los sistemas de tu negocio, por eso, en muchas ocasiones, a la hora de ponerlos en práctica, no se siguen como debe ser: no son máquinas y por lo tanto necesitan un tiempo para adaptarse a los procedimientos.
No temas en contratar un gerente general que, armado con todos los manuales de procedimiento, las técnicas y estrategias   con las cuales  has enriquecido a tu Pyme, pueda  manejar la parte operativa de tu negocio
Luego de un año trabajando con este lindo matrimonio madrileño, pudieron superar los problemas de su crecimiento e  incluso abrieron algunas sucursales, y auque les pareció impensable en un momento, pudieron tener los recursos y  el tiempo adecuado para tomar ese crucero por Alaska que se debían desde que contrajeron matrimonio.
La historia de tu negocio no tiene por qué ser diferente. Tu puedes vencer las estadísticas y transformar las dificultades en escuelas de aprendizaje y experiencia para tu negocio. . Al final, se trata de que todas las piezas encajen correctamente y la sinergia realice su trabajo, amalgamando tu negocio como una entidad que marcha hacia adelante, y que en cuanto lo desees, podrás monetizar, para vender y disfrutar de los verdaderos resultados, de los cuales hablaremos en la próxima entrega.


sábado, 21 de marzo de 2015

El dilema de ser Madre o Ejecutiva



ActionCOACH Lic María Inés Morán 
A lo largo de la vida, he conocido de cerca muchas mujeres quienes  se prepararon profesionalmente,fueron a la universidad, comenzaron a trabajar con ahínco e incluso iniciaron su propio negocio.  Como es natural, también llegó la vida en  pareja y, entre sus planes,   levantar una  familia no se hizo esperar,  pero ahora  el panorama  cambia completamente. De todas las profesiones, la de madre es la única en la cual no quieres, ni puedes, jubilarte.
La intensa alegría de ser madre es proporcional al gran esfuerzo, y dedicación a tu pequeño,  principalmente en los primeros años de su existencia. Es por eso que las mujeres nos encontramos en definitiva ante un dilema de vida.
Antes de continuar, me gustaría que te preguntaras ¿Qué es lo que esperas lograr en la vida? Este planteamiento lo he hecho a cientos de personas, de distintas edades y circunstancias e, independientemente de su género, la respuesta del 90% de ellas termina siendo la obvia, ser feliz.
Quiere decir que los estudios que hagas, las empresas que construyas, los cargos que desempeñes o tus decisiones sobre la maternidad, son instrumentos para alcanzar la plenitud, lo que supone que no se debe sacrificar la propia felicidad por lograrlos.
El dilema de la vida de madre versus la vida laboral, se puede convertir en un tema de momentos y prioridades  porque, afortunadamente, puedes planificar tu vida para poder disfrutar plenamente de ambas situaciones, ya sea en distintos momentos cronológicos o al mismo tiempo, pero con  distintas intensidades.  Hay tiempo para todo.
No estoy para sustituir tu decisión personal, sino para señalarte todas las opciones que tienes para alcanzar y ser feliz en ambas metas. Debes tomar en cuenta que, a pesar de los avances de la ciencia, la maternidad en la mujer se circunscribe a un espacio muy limitado en toda tu vida útil, en cambio, la realización profesional, puede lograrse en casi cualquier etapa de tu existencia.  No son momentos excluyentes pero, definitivamente, se superponen y la planificación que hagas para tus próximos meses y años es la clave que te permitirá vivir a plenitud cada etapa.  
Si tomaste la decisión de vivir tu maternidad y la crianza de tus hijos y buscas desempeñarte  como una ejecutiva o empleada, tu prioridad debe ser buscar un trabajo que brinde apoyo  a su personal femenino  durante su etapa de maternidad, de manera que puedas combinar, sin mayor estrés, ambas cosas, por encima de los ingresos que pueda otorgarte otra empresa.
Pero si eres una emprendedora, en plena construcción de tu Pyme o dueña de un comercio, ya tienes una gran ventaja porque, desde un comienzo, puedes planificar tus objetivos a corto, mediano y largo plazo para que tu  negocio  funcione sin ti, y al lograrlo, puedas disfrutar tanto de tu maternidad como de tu negocio.
Pero  si decidiste dedicarles  el 100% de tu tiempo a tus hijos, ¡también es una excelente decisión y un momento que debes disfrutar! Sabes que la mejor inversión del mundo es hacer de ellos hombres y mujeres con valores, seguros, estables, y eso se logra  en el seno del hogar. No hay escuela que cumpla la misión de una madre. Tu tiempo profesional regresará, no lo dudes.
Te dejo la reflexión del autor Hodding Carter: "Solamente dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: Uno, raíces y el otro, alas".  Cualquier ruta de vida que elijas, debes dar el paso con seguridad y ahínco. Cada etapa de tu vida asúmela plenamente, sin añoranzas de tu trabajo o tus hijos, tu dualidad trabajadora -madre les dará las necesarias raíces y alas que deseas para ellos".

sábado, 17 de enero de 2015

Negocios familiares, ¿Éxito o fracaso?



ActionCOACH Lic María Inés Morán
 Uno de los primeros cálculos que debe hacer un emprendedor es de dónde sacará el capital para iniciar su negocio. Por lo general, la familia es una de las posibles fuentes de ingreso en la cual pensamos porque es, justamente, en el seno de la familia, donde se discuten las primeras ideas sobre la necesidad de tener una independencia económica o porque todavía no tienes historia crediticia ante los entes comerciales. ¿Es una verdadera opción?

Acudir a familiares para solicitar parte o la totalidad de los recursos que necesitas para iniciar tu negocio elimina gran parte del papeleo inicial que se debe hacer para “probar”, ante terceros,  tu estabilidad financiera, tu capacidad de pago, tu honestidad en los negocios y otra cantidad de requisitos que, aunque necesarios, constituyen un verdadero quebradero de cabeza.

No obstante, el acudir a la familia genera una serie de retos que debes saber si estás dispuesto a  permitir, como por ejemplo, que las relaciones de confianza se inmiscuyan en la toma de decisiones además de que facilitan las críticas a tus acciones, y el hecho de que esas mismas relaciones puedan verse afectadas. Aunque existen otras fuentes de recursos que pueden ser más convenientes y de las cuales hablaremos más adelante, tampoco puedes negarte a priori ante esta opción, pero debes tomar grandes precauciones para que tu ambiente familiar no se enrarezca. ¿Cuántos amigos tenemos que iniciaron empresas familiares y además de fracasar en la empresa las relaciones quedaron profundamente afectadas?

Se debe comenzar con Reglas Claras. Hay que colocar por escrito y, si es posible, ante instancias legales, los parámetros de la participación familiar, ¿Es un préstamo que no implica injerencia en los asuntos operacionales o administrativos?.Entonces hay que establecer los intereses del préstamo, los plazos de pago e incluso, de ser posible, las garantías adecuadas y, sobre todo, debes respetar estrictamente los acuerdos.

¿Tu familia prefiere mantener la figura de sociedad? Nadie, por mero altruismo,  invierte el capital que ha estado guardando, ni siquiera tu familia, por tanto pueden ver en tu emprendimiento la posibilidad de satisfacer  sus propias necesidades personales, además de las financieras. Ten en cuenta que, al asumir este compromiso, se diluye tu propiedad, y el control que desees mantener. En este esquema se deben dejar en claro las responsabilidades de cada socio, los derechos, y las condiciones generales.

También puedes ofrecerle acciones de tu negocio por su inversión, por lo que estarías adquiriendo un modelo corporativo de tu emprendimiento, esto te otorga la posibilidad de tener varios accionistas, familiares o no, y el control que asumas de tu negocio depende de la cantidad de acciones que conserves para ti.

Sin embargo, los bancos comerciales, o asociaciones de ahorro y préstamo son una opción valiosa y debes considerarlo aun antes de acudir a tu familia. Ellos solicitan una gran cantidad de requisitos y garantías, incluso sobre tus bienes, pero no intervienen en el funcionamiento de tu negocio.

Puede suceder que no quieras complicar tus finanzas acudiendo a terceros y cuentes con un colchón para iniciar tu negocio con tus propios recursos. Pero iniciar tu empresa utilizando en exclusiva tus recursos y, más aún, cuando se involucra gran parte o la totalidad de ellos, no es una buena idea. Mi hermano David siempre me recuerda que “no debemos colocar todos los huevos en una sola cesta”, y lo más conveniente es que tus propios recursos sean el respaldo ante posibles eventualidades, que suelen aparecer en los primeros meses de operación.

El buscar recursos para concretar esa idea maravillosa que tienes, puede ser una de las primeras pruebas a las que te enfrentas para conocer tu capacidad emprendedora. Tal como dijo Miguel de Unamuno, “El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura”.  El principal capital con el que cuentas es tu propio esfuerzo y perseverancia, ¡date la oportunidad!