ActionCOACH Lic María Inés Morán
Equivocarse
forma parte del vivir, del humano. ¡Únicamente no se equivoca el que no intenta
nada!. El miedo que podemos sentir, es a veces tan sutil que se disfraza de
precaución, cautela o hasta paciencia, pero el resultado es el mismo: te
paraliza e impide seguir caminando en pos de tu sueño.
Aunque
en muchas situaciones es el miedo justamente quien nos mantiene con vida,
cuando se extrapola a otras situaciones, ese temor a equivocarnos puede llegar
a alejarnos de nuestros sueños y, al final, lo que sentimos es una parálisis de
comprometernos con nuestra vida.
Del
otro lado de este diálogo interno está el de aquellas personas que desinteresadamente y algunas con muchísimo cariño están ahí mismo, a tu
lado, para expresarte constantemente : ¡te lo dije! ¡Te dije que era mala idea! ¡te
dije que te ibas a equivocar! ¡no me hiciste caso y preferiste seguir adelante
con eso!, dejándote una sensación de fracaso y desasosiego mayor a la que
puedes haber sentido al momento de equivocarte. ¿A Cuántos conoces que les encanta
enarbolar esa bandera
ante cualquier traspié?
Pues
esa frase resulta terriblemente perniciosa, porque pone el acento en el pasado,
en la superioridad del otro sobre tus acciones y exige que no te arriesgues,
permanezcas en tu zona de confort, en definitiva, que te detengas y no avances.
¡Esa frase consiste en negar la evolución de tu propia vida! y debes rechazarla
con vehemencia.
Desde niños, nuestros padres o
figuras de autoridad nos advertían de situaciones peligrosas y si llegábamos
llorando con un golpe, nos decían "te lo dije", para alentarnos que
les hiciéramos más caso. En tu vida adulta, tu eres quien dejas atrás tu
pasado, asumes el control de tu futuro y de tu presente, con sus aciertos y
errores.
Un
te lo dije coloca el acento en la preponderancia
de la otra persona sobre tu poca inteligencia o habilidad, por eso, debes
aprender a identificarla, aunque provenga de personas que te valoran
sinceramente, y no permitir que el temor a recibir otro "te lo dije" decida por ti en tu grandiosa vida.
Cuando
era estudiante universitaria, recibía clases del profesor Moisés, que siempre
nos alentaba a no quedarnos con lo que nos decía el libro o los
"genios" en la materia, sino que cuestionáramos y buscáramos nuevos
paradigmas para la solución de los problemas que nos planteaba en el salón.
Muchas ideas locas salían de ese tipo de discusiones, y cuando asaltaba la
duda, el profe Moisés nos preguntaba
¿Qué es lo peor que puede suceder?, eso colocaba en perspectiva real nuestros
planes y podía mostrarnos que el temor era de naturaleza inconsciente en lugar
de sostenerse sobre peligros reales. En lugar de un "Te lo dije", lo
que hay que plantearse son nuevos caminos y la pregunta ¿Qué es lo peor que puede pasar?; por eso me adelanto a
contestarte: lo peor que te puede
suceder es que te quedes paralizado y no sigas avanzando.
Recuerda
que el 95% de los miedos que tenemos las personas son de origen emocional y no
de situaciones concretas, por lo que, dependiendo
de que tan buenos seamos para superar nuestros temores, esa será la medida en
que logremos el éxito y la felicidad en la vida.
Por
el contrario, mira a tu alrededor, encontrarás también muchas personas que han
tenido éxito al arriesgarse. De seguro te darán su visión acompañada de una
buena dosis de optimismo, con la convicción de que harás lo necesario para
triunfar y lograr el éxito.
Rodéate
de aquellos que te alienten en tus proyectos, aunque te adviertan los riesgos
que conlleven, quienes se alegren de que asumas el control de tu vida, además
de que, si llegaras a tener un resultado adverso, más bien te alentarán a
reevaluar la situación y buscar mejores alternativas. Te pregunto ¿Ahora a
quien elegirías para compartir tus dudas sobre tus próximos proyectos?.
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