ActionCOACH Lic. María Inés Morán
Si
te dijera que las cantidades de dinero que ingresan a tus cuentas, no es lo que
te volverá rico, ¿me creerías?. Es lo que haces con tus ingresos lo que
determina tu riqueza, ¿Te parece lógico?, vamos a explicarlo mejor.
Me
encanta la forma en que Robert Kiyosaki, autor del conocido libro "Padre
Rico, Padre Pobre", explica la
diferencia entre el activo y el pasivo.
Hasta un niño de cinco años entenderá si le dices que "activo" es
tener algo que mete dinero en tu bolsillo, mientras que el pasivo, es algo que
saca dinero de tu bolsillo.
La
pregunta que podríamos hacernos es ¿de qué forma, manejar esos conceptos, puede
influir en volverme rico?. La fórmula es
sencilla: si tu gastas más de lo que te ingresa,
nunca vas a tener riquezas pero si deudas; por el contrario, si gastas menos de
lo que te ingresa es justamente esa utilidad que va quedando en tus cuentas lo
que te llevará a ser acaudalado.
Pongamos
las cosas más interesantes todavía, si eres un empleado y recibes un sueldo,
pero vives "en el punto de equilibrio", donde gastas todo lo que te
ingresa, eres una persona pobre, independientemente de si tus ingresos son unos
pocos cientos de dólares o millones al mes. Si por el contrario, te va quedando
una utilidad y la vas acumulando, vas en buen rumbo para alcanzar la riqueza.
Aunque
el camino a la libertad económica es entrar en el competitivo mundo de los
negocios, hay ciertas creencias que te limitan para dar el salto hacia hacer
realidad tu sueño de fortuna. Uno de ellos es el suponer que ser un empleado
con un salario grandioso, puede llevarte a ser rico, cuando la realidad es que,
tal como te he explicado anteriormente, ingreso
y riqueza son dos cosas separadas y
en la mayoría de los casos, incluso no relacionados.
Déjame
colocarte el ejemplo de Gonzalo, quien es el amable vigilante del edificio
donde tengo mis oficinas. Siempre me ha sorprendido la sabiduría empírica sobre
las finanzas que ha demostrado. Actualmente es un jubilado que cuenta con su
pensión del seguro social, pero en lugar de irse a casa con la poca renta que
ofrece una jubilación de los países latinoamericanos, Gonzalo decidió
mantenerse en el mercado laboral y por ello a sus bien conservados 70 años, se
desempeña como vigilante en el complejo de oficinas. Al poco tiempo de entrar a
trabajar, Gonzalo ofreció a quienes pasábamos todo el día en la oficina, su
servicio de lavado de vehículos. En vista de su buen trabajo y la comodidad que
eso suponía, fue aumentando el número de coches, ante lo cual, organizó y
coordinó con los otros vigilantes el lavado de los autos y ahora cobra un
porcentaje por conseguirle a sus compañeros esos clientes. Por si fuera poco,
comenzó a separar los desechos de las oficinas en material reciclable, sumando,
en consecuencia, un nuevo ingreso vendiéndolo
a la industria.
Otro
elemento a favor de Gonzalo es su austeridad en los gastos, pues siempre dice
que puede vivir cómodamente con lo que tiene. No se necesita ser un gran
matemático para darse cuenta que Gonzalo es un hombre que sabe cómo volverse
rico, porque se ha procurado diversas formas de ingresos, rentas y utilidades
por un lado, y por el otro tiene un control racional de sus pasivos sin gastar
en tantas cosas innecesarias que
llamamos "bagatelas", pero
eso es tema de nuestro próximo artículo.
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