ActionCOACH Lic María Inés Morán
Hoy
les traigo la historia de Ana, una persona con la que llegué a coincidir varias
veces en reuniones sociales debido a amistades mutuas, y siempre me ha parecido
encantadora, elegante, culta, de trato amable, y discreta.
En
una ocasión tuvimos la posibilidad de conversar más ampliamente y me confió que
hace pocas semanas celebró su cumpleaños, pero se entristeció un poco porque quisiera que sus amistades cercanas y, en
especial, su familia, tuviesen más detalles con ella, tal como Ana los tiene
con ellos. También se dio cuenta que no la incluyeron en varias reuniones con
empresarios, que las hacen
periódicamente, para analizar diversas situaciones e intercambiar ideas. Ambos
eventos, ocurridos con muy poco tiempo de diferencia, hicieron mella en su
normalmente buen ánimo.
Comencé
a preguntarle a Ana si había recibido felicitaciones, y me confesó que aunque
el Whatsapp y su Facebook se llenaron de
buenos augurios, en honor a la verdad, esperaba que su familia, que vive en una
ciudad lejana, la hubiese llamado y poder escuchar su voz. ¿Cómo eres con
ellos?, pregunté. "Yo siempre procuro tener esos detalles, cuando tienen algún
problema, en sus cumpleaños, fechas especiales, los llamo y expreso mi cariño y
solidaridad", fue su respuesta. ¿Qué tan importante es para ti?, "Mucho,
el silencio del teléfono me entristeció", dijo Ana y agregó, "No sé
qué hacer".
En
ese momento recordé la teoría del efecto mariposa, nacida del meteorólogo
Edward Loren, quien plantea la idea de que, la más mínima variación en un
sistema puede provocar que evolucione en formas completamente diferentes.
Entonces la reté a que ella hiciera esa variación en el sistema de sus
relaciones familiares. "Para el próximo año, advierte con antelación a tu
familia que esperas que, además de los mensajes, quieres escuchar, de su parte,
unas mañanitas cantadas por teléfono".
Aunque
en principio, no se sintió satisfecha de tener que pedir a sus allegados un
esfuerzo que quizás no sientan, le expliqué que no es un asunto del corazón o
el amor que te tengan, sino de la poca o mucha educación en relaciones
sociales que han desarrollado, y "si se los dices con amor, quizás estás
iniciando esa variación que puede hacer que cambie el sistema completamente".
Creo
que todos nos identificamos con Ana y su decepción, porque seguramente has
estado en situaciones en las que te gustaría mantener una relación más cercana
con ese familiar, amigo, conocido,
cliente o ex cliente y probablemente te preguntas ¿cómo lograrlo?
Para
poder tener este acercamiento de relaciones, es necesario que tú tomes la
iniciativa de estar más presente en la vida de esas personas. En ocasiones nos
sentamos a esperar que los otros sean los que tengan detalles especiales con
nosotros y nos saltan las preguntas de ¿por qué no me incluyeron en el
reencuentro de los compañeros de estudios? ¿Por qué mi gran amiga no me tomó en
cuenta para invitarme en ese evento social que ella organizó? La conclusión es
que no basta con que se tengan buenas relaciones, si quieres estar más presente
en la vida de alguna persona, se necesita que inviertas tiempo, esfuerzo y
detalles para construir lazos sólidos.
Importante
es, también, dejar de asumir algunos detalles como afrentas personales,
entender que cada persona tiene su propio mundo y reacciona de la manera en que
fue "educado" para distintos contextos. Hay que tomar la batuta y
explicar, de la mejor manera, qué esperas en determinadas situaciones.
De
esa forma, estás contribuyendo a que los demás también perciban lo importante y
agradable que resulta demostrar, más allá de la tecnología, como en los viejos
tiempos, el afecto que nos tenemos entre todos. ¿Puedes imaginar un mundo con
personas que derramen mayor calidez humana? Está en ti, iniciar ese hermoso
efecto.
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