jueves, 4 de diciembre de 2014

Optimismo como Vitamina



ActionCOACH  María Inés Morán

La felicidad es una opción y nace en el interior de cada uno de nosotros. No la asocies a las cosas que suceden a tu  alrededor y sí a la forma como vas a vivirla: con esperanza, con fe, alegría y confianza. ¿Parece una receta sencilla? Lo es y es tarea diaria que brinda resultados asombrosos.

Uno de los ejemplos más ilustrativos es la vida del  Nóbel de la Paz, Nelson Mandela, quien se definía como un optimista, y tal actitud le permitió perseverar en su objetivo durante los 27 años que estuvo prisionero, hasta que logró vencer la férrea política del "apartheid".

No se trata de ignorar las dificultades que se presenten en la vida, por el contrario, el optimista analiza el lado positivo de todas las situaciones, incluidas aquellas desagradables o complicadas, sin perder el tiempo en lamentaciones o reproches.

¿Puedes pasar un día completo sin que tu humor se turbe aunque existan razones para ello?, pues es el inicio de  tu entrenamiento hacia un tipo de vida optimista. Un día a la vez.

Madiba, como conocen a Mandela en Sudáfrica, recordó que en muchas ocasiones su fe en la humanidad fue puesta a prueba, pero no se rindió a la desesperación, pues sabía que por ese camino se precipitaba hacia la derrota y  la muerte. ¡Todos debemos aprender de esa actitud de esperanza.

Hasta que no seas capaz de cambiarte a ti mismo no podrás cambiar a los demás. El día para intentarlo es hoy, ahora mismo. ¿Por dónde empezar?

1.- Entrena tu mente: Trata de erradicar de tu mente, apenas acudan a tu pensamiento,   ideas derrotistas, depresivas o negativas, déjalas atrás y no vivas del pasado, mantente enfocado en tu objetivo, lo que te mueve, ya que sin una verdadera motivación el pensamiento positivo poco sirve.

2.- Cuida tus palabras: Aleja de ti las palabras negativas, el lenguaje belicista; por el contrario, desarrolla un estilo de conversación donde abunden las expresiones constructivas, de alabanza, de entusiasmo. Más importante que "decir" que eres optimista es actuar en esa dirección.

3.- Actitud: Tu actitud corporal es fiel reflejo de tus pensamientos y carácter, así que no olvides ¡sonreír!, recuerda mantener los hombros erguidos, la cabeza en alto. Además de pensar positivo, disfruta cada momento de tu vida, es lo que tienes ante ti. Mira tu casa, tu salud, tu familia, tus hijos. Tienes mucho por qué dar gracias, por qué ser feliz.

4.- Rodéate de gente positiva: Al compartir con personas sombrías, tu ánimo puede afectarse. Valora  aquellos individuos cuyo enfoque de la vida sea también optimista, y recuerda que aquello en lo que te concentras se expande... Así pues ¿No es una buena razón para elegir la felicidad y el optimismo?. Los reproches, llantos y penas poco ayudan a superar las dificultades y alcanzar tu camino hacia el éxito.

5.- El que se cansa pierde:¿Realmente crees estar preparado para todo lo que haces? Debes tener seguridad en tu poder para alcanzar los objetivos, darle un voto de confianza a tus capacidades. Busca un equilibrio entre tener confianza de tu triunfo y  en aceptar que hay cosas que sencillamente podrían no salir bien porque no dependen directamente de ti. No  albergues pocas esperanzas de tener éxito, por el contrario, refuerza tu confianza al prepararte para lo peor, ¡Qué bueno que  tenías un plan B!


Nada es fácil hasta que se convierte en hábito. Comprométete a gozar de los beneficios de pensar positivamente, tómalo como tu vitamina diaria y verás que el modo de vida optimista puede  transformarse en tu estilo de vida, todo depende de ti.

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