ActionCOACH Lic María Inés Morán
¿Cuántos
negocios mueren en el primer no?. Una
gran parte de nuestra existencia
transcurre entre negociaciones: cuando jóvenes aprendemos a negociar con
nuestros padres para conseguir algún permiso; en nuestra vida de estudiantes
negociábamos fechas de exámenes o entregas de exámenes con los profesores y, de
ahí, nuestra vida laboral y personal se convierte en un continuo negociar, en
mayor o menor medida. ¿No es necesario pues, aprender a hacerlo de la mejor
manera?
Lamentablemente,
he visto que, en ocasiones, las personas abandonan la negociación ante el
primer obstáculo, apenas reciben un no, se dan por vencidos. ¿Cuántas nuevas
experiencias o negocios mueren en el primer no? Pero con un poco de técnica y
perseverancia, es posible que haciendo un par de preguntas adicionales o
"dejando la puerta abierta", puedas convertir ese no en un sí.
En
el libro "Diga No Para Obtener un Sí", Jim Camp nos otorga algunas
claves muy útiles para cerrar un acuerdo. Cuando recibimos el primer
"no", en lugar de manejarlo como el fin del trato, hay que verlo como
la oportunidad para que cada una de las partes exponga sinceramente sus puntos
de vista.
Les
comparto la experiencia de un matrimonio que me es muy cercano y querido,
quienes hace dos años tuvieron un desacuerdo porque David tenía la ilusión de
comprarse una moto, pero cuando se lo planteó a Luisana, ella se negó
rotundamente a la idea, y argumentó que es un vehículo muy peligroso, que ambos
ya tienen cierta edad e hijos y que no quiere enviudar joven. Lo cierto es que
la primera reacción de David fue decaer en el ánimo, puesto que sabía que la
compra y uso de una moto debe ser una decisión consensuada, pero se impuso su
inteligencia de ingeniero y comenzó a investigar hasta que intentó una nueva
ronda de negociación, pero con argumentos más sólidos. Le enseñó a Luisana las
estadísticas de accidentes en moto, que se produce mayoritariamente en personas
jóvenes puesto que cuando se crece en edad, también se conduce con mayor
prudencia, le explicó que su intención era salir a pasear solo los domingos en
las mañanas, que es cuando hay menos tráfico en la ciudad, y la invitó a que
practicaran esa actividad juntos. Gracias a que David no cedió ante el primer
"no" ahora esa pareja tiene un agradable ritual de salir a pasear en
su moto cada domingo y sorprendentemente ese hobby los unió más.
De
manera que resulta importante encontrar que nuestro propósito en la negociación
también beneficie a la otra parte. Cada domingo cuando escucho el motor de la
Harley-Davidson de mis vecinos ronronear, me doy cuenta que siempre se puede
seguir aprendiendo a negociar y aceptar el primer no, como el nuevo reto a
vencer.
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