ActionCOACH Lic. María Inés Morán
¿Has sentido alguna vez que una
determinada persona no te agrada? ¿O te parece muy agradable a pesar de que
sólo intercambiaron unas pocas palabras? La respuesta podría estar en que constantemente
interpretamos lo que percibimos por nuestros sentidos, en intrincados procesos
mentales, afectivos y sensoriales que nos permiten otorgar un orden lógico a
nuestro entorno.
De ahí una persona podría no parecerte
confiable, que prefieras evitar su compañía, o por el contrario, decidas que
ese individuo será quien te acompañe como tu pareja. ¿Es posible poner a
trabajar los mecanismos de percepción a nuestro favor? Siempre lo estamos haciendo:
cuando usamos atuendos adecuados para nuestras citas de negocio, o cuando nos vestimos
de determinada manera dependiendo de la reunión social que tengamos en agenda
(funeral, cumpleaños, reunión de trabajo, cita amorosa, teatro, y un largo etcétera).
Si eres un emprendedor y estas
manejando un equipo, interactúas con muchos clientes o estás expuesto a continuos
contactos con diferentes personas como parte del manejo de tu empresa, te
ayudará mucho el conocer la forma en que te perciben los demás y la manera de
poder cambiar la percepción de algunos en caso que no te sea favorable.
Te invito a que hagamos un ejercicio
esclarecedor. La honestidad de tus respuestas es lo que te permitirá avanzar en
el camino que queremos. Comienza con la pregunta: ¿Le caigo mal a alguien?, lo
más probable es que la respuesta sea afirmativa, así nadie te lo haya confesado
de frente, pero tu propia percepción ya puede haberte adelantado información al
respecto. Una vez identificado quien supones le caes mal, surge otra pregunta.
¿Cómo crees que te describiría la persona a la que tu le caes mal? Las respuestas
simplistas tales como " no le gusto porque soy muy organizado, o soy demasiado
honesto, etc.", no son verdaderas causas para ganarte la antipatía de las
personas. Quizás no es que te muestras honesto, sino que te comportas con
arrogancia o tratas con rudeza a tus colaboradores, a lo mejor no es que eres
organizado, sino muy controlador con los espacios...
Acto seguido, haz una lista de aquellas
personas que sabes que les caes bien y coloca las características resaltantes
que esa persona diría de ti.
¿Estarías de acuerdo conmigo en que
puedes erradicar, modificar o matizar esas conductas de tu personalidad, que no
te hacen ganar amigos, hasta que puedas convertir tu comportamiento en atributo? ¿Te comprometerías a trabajar en
eso?
Te expongo el caso de un cliente dueño
de una empresa, con quien trabajé esa área. Cuando hicimos este ejercicio, me
comentaba que la gente podía percibirlo demasiado dominante en su labor de
líder. Identificamos las situaciones donde definitivamente los procesos debían
hacerse tal cual él necesitaba. Además, hicimos una lista de acciones en las
cuales el estaría dispuesto a ceder y llegar a un consenso con su equipo de
trabajo. Sólo con esa ligera modificación de su rol de liderazgo, Juan Antonio
logró modificar las percepciones que le rodeaban y ahora lo catalogan como una
persona muy firme en las cosas importantes pero muy abierto a tomar en cuenta a
su equipo en las decisiones.
La conclusión es evidente: Comprométete
a trabajar y matizar aquellas áreas que te parezcan negativas para que realmente logres minimizar interacciones
que pudieran percibirse como perjudiciales para la operatividad de tu negocio y
así convertirte en una persona brillante, un verdadero líder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario